«¿E
xisten causas psicológicas en las disfunciones sexuales?
¿Cuando alguien tiene un problema sexual puede deberse a algo psicológico?»
Ésta es una pregunta que me hacen con cierta frecuencia, cuando en una conversación informal alguien descubre que soy Sexóloga, ayer sin ir más lejos, tomando una cerveza.
Al mismo tiempo, no paro de escuchar publicidad sobre tratamientos médicos para las disfunciones sexuales que, a mi juicio, puede inducir a creer que, detrás de una dificultad sexual siempre hay un problema físico que ha de tratarse de manera médica.
La biología, por supuesto, es sustancialmente importante para un buen funcionamiento sexual, de hecho a través de sustancias y medicamentos podemos modificar parte de la respuesta sexual, sin embargo, tan importante como la biología son los factores psicológicos que modulan las cogniciones y la respuesta sexual, máxime si tenemos en cuenta que a medida que la escala evolutiva se vuelve más sofisticada, sus elementos dependen menos en exclusiva de factores orgánicos, y más peso tiene nuestro mundo mental. Es en estos casos cuando la Terapia sexual y psicológica supone el tratamiento de elección según la comunidad científica.
Disfunciones sexuales: Causas
Así que respondiendo a esa pregunta, te sorprendería la alta frecuencia con la que las disfunciones sexuales están relacionadas con factores psicológicos/emocionales y de la relación de pareja, tanto en el origen como en el mantenimiento de un problema sexual.
Tal y como expliqué en mi anterior artículo “La respuesta sexual: Disfunciones sexuales femeninas y masculinas”: las disfunciones sexuales son aquellos problemas que impiden un correcto desarrollo de la respuesta sexual, así como una vida erótica y sexual plena, afectando en muchos casos a la autoimagen y autoestima de la persona y al vínculo en la relación sexual o de pareja.
Sexualidad: El Cuerpo y la Mente en interacción
Uno de los motivos por los que el campo de la sexualidad empezó a interesarme, ya hace años, es que es un área del ser humano en el que la comunicación cuerpo-mente se hace muy evidente. Tal y como anuncia Alice Miller con el título de su libro “El cuerpo nunca miente”:
2 Comments
Me gusta mucho cuando dices que a medida que la escala evolutiva se vuelve más sofisticada, sus elementos dependen menos de factores orgánicos, de donde se deduce que es innato, que nacemos con esta respuesta y como tal no podemos evitarla. Es natural, igual que lo es la comunicación, de echo es un modo de comunicar libre y claro, si nos dejamos llevar por nuestro instinto, no por «normas sociales». Por supuesto si nuestros aprendizajes nos impiden disfrutar de algo tan básico, tendríamos que recibir información que nos libere de ataduras.
Sí Isabel, a medida que nuestro cerebro se desarrolla y se vuelve más complejo, un papel más crucial juega nuestro mundo mental en algo tan instintivo como es la sexualidad. Por otra parte, nuestra cultura y normas sociales condicionan las formas de expresión de dicha sexualidad, para bien y para mal. En el caso del sexo, diría que se trata de encontrar el equilibrio entre disfrutar y ser respetuoso con la libertad y derechos sexuales de los demás, tan ultrajados a veces. Estoy de acuerdo contigo en que la información y la educación son las herramientas básicas para alcanzar ese equilibrio. Mil gracias siempre por tus comentarios!!!