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a disfunción eréctil en el hombre, comúnmente conocida con el estigmatizante nombre de impotencia sexual, es el principal motivo de consulta en el ámbito de las disfunciones sexuales, afectando aproximadamente a un 7% de los hombres, porcentaje que aumenta con la edad.
Aunque muchos hombres, de forma puntual y por diferentes motivos, han experimentado en su vida alguna dificultad con su erección, la mayoría no le dan importancia y se queda en algo anecdótico.
Por eso hablamos de disfunción eréctil cuando se convierte en una dificultad persistente o recurrente para obtener o mantener una erección apropiada hasta el final de la actividad sexual. Además, tal y como la define la American Psychiatric Association, tiene que provocar un malestar acusado para ser considerado un trastorno.
Disfunción eréctil psicológica
Independientemente de que exista o no una causa orgánica, en toda disfunción eréctil hay un componente psicológico, haciendo aparición uno de los actores principales de este escenario, LA ANSIEDAD, que se materializará en forma de miedo al fracaso y pérdida de confianza, algo que muchos hombres me explican bajo la expresión: “Me estoy emparanoiando”.
Esto explica mi colaboración con sanitarios de otras disciplinas que detectan este problema sexual en sus consultas.
Ansiedad de ejecución: la gran enemiga de la erección
Recuerdo en mi primer año como Residente de Psicología Clínica, a un chico cerca de la treintena que consultaba sobre su dificultad para mantener relaciones sexuales con gente conocida.
Todo empezó con el famoso “gatillazo” una noche de mucho alcohol con una chica conocida. En lugar de contextualizar y darle la importancia que tenía, es decir, ninguna, empezó a hacer anticipaciones sobre qué ocurriría la próxima vez que se acostara con alguien, lo que provocó en él cada vez más miedo e inseguridad. Tener sexo con alguien se hacía cada vez más cuesta arriba por lo que, su dificultad para tener erecciones fue en aumento, metiéndose así en un círculo vicioso alimentado por una ansiedad de ejecución o desempeño, que no hacía más que decirle “esta vez no puedes fallar, tienes que estar a la altura”. ¡Qué presión!
Cuento esto porque es muy ilustrativo de lo que suele ocurrir ante esta dificultad.
Esto tiene todo el sentido del mundo incluso a nivel fisiológico: la ansiedad y la erección son dos respuestas controladas por partes de nuestro sistema nervioso que son incompatibles: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático, respectivamente; cuando uno se activa, el otro deja de funcionar.
Así que, efectivamente, la ansiedad puede llegar a inhibir la capacidad de excitación y con ello la respuesta de erección. Cuando esto se generaliza, la persona puede paralizarse ante cualquier situación sexual, evitando con el tiempo dichas situaciones.
Causas de la disfunción eréctil: Orgánicas y Psicológicas
Causas orgánicas
A medida que la edad del hombre aumenta, se hace más probable que en el origen de una disfunción eréctil haya factores orgánicos, lo cual no quiere decir que no pueda estar mantenida por factores psicológicos. Esto es lo que ocurre cuando después de haber superado un proceso de enfermedad física en el que se ha visto afectada la respuesta sexual, todo se resuelve salvo la disfunción sexual, fruto de un condicionamiento ante la ansiedad.
Los principales factores orgánicos que pueden comprometer la sensación de excitación y/o erección son: deficiencias hormonales, arteriosclerosis, factores vasculares, lesiones neurológicas, diabetes, hipertensión, fármacos, tabaquismo y alcoholismo.
Causas psicológicas
Vamos a dividir las causas de origen psicológico de una disfunción eréctil en tres grupos:
FACTORES DE VULNERABILIDAD:
Experiencias traumáticas en la infancia, inseguridad en el papel psicosexual en la adolescencia, inadecuada información sexual, educación moral restrictiva, relaciones entre padres deterioradas o haber tenido una disfunción previa.
FACTORES DESENCADENANTES:
Algún fallo esporádico, infidelidad, aborto en la pareja, depresión y ansiedad, estrés, etc. También aquí van a desempeñar un papel fundamental los factores relativos a la relación de pareja como por ejemplo tener una nueva relación en la que uno quiere dar lo mejor de sí mismo, por lo que aparece de manera más o menos consciente una alta autoexigencia; problemas en la relación; hostilidad encubierta en uno o ambos miembros de la pareja y un sinfín de complejidades que forman parte de las relaciones humanas.
FACTORES QUE MANTIENEN LA DISFUNCIÓN:
Sentimientos de culpa, miedo a la intimidad, y tal y como hemos visto, la ansiedad de ejecución o desempeño desencadenada por temor al fracaso, obligación de resultados, altruísmo excesivo y autoobservación excesiva durante el juego sexual. Así mismo, la evitación de relaciones sexuales, como ocurre en muchos casos, provocará un aumento de dicha ansiedad.
Tipos de disfunción eréctil
Algo importante en la evaluación, de cara a un buen diagnóstico, va a ser desde cuándo y en qué situaciones la persona tiene la dificultad para la erección. De hecho, que un hombre tenga dificultades en encuentros sexuales con otra persona, pero no tenga problemas durante la masturbación, indica que no hay un problema orgánico. Por ello, vamos a diferenciar entre:
Disfunción eréctil primaria:
Cuando el hombre nunca ha sido capaz de conseguir una erección, es indicativo de una causa fundamentalmente orgánica.
Disfunción eréctil secundaria:
Ha tenido erecciones anteriormente, pero en la actualidad presenta dificultades para conseguirla o mantenerla.
Disfunción eréctil situacional:
Solo consigue erecciones ante determinadas situaciones o parejas.
Disfunción eréctil total:
La falta de erección es completa. No hay diferenciación entre situaciones o parejas determinadas.
Disfunción eréctil parcial:
Reproduce una cierta erección, pero ésta no es suficiente para mantener relaciones sexuales con penetración hasta su finalización.
En el 80%- 90% de los hombres que sufren esta disfunción, se trata de una disfunción eréctil secundaria y situacional, relacionada con problemas de tipo psicológico. Rara vez la disfunción primaria y de manera total está presente.
Soluciones para la disfunción eréctil
A la hora de entender el porqué de esta disfunción que aqueja a muchos hombres, y de cara a la solución, debemos entender la individualidad de cada uno de ellos, así como el contexto de la relación en la que se produce. Para muchos, pone en juego su sentido de la masculinidad, debilitando una parte de su autoestima.
Teniendo esto en cuenta y siendo sensible al mundo emocional que hay detrás de un hombre con esta dificultad, no entiendo que nos dediquemos a dar Viagras a cascoporro, sin más.
Reconozco que este fármaco ha sido un hito en el abordaje biomédico de este tipo de problemática, siendo en ocasiones una ayuda para iniciar una terapia sexual, pero no podemos quedarnos ahí, ¡me niego!, máxime cuando vemos que la ansiedad, estando o no en el origen de una disfunción eréctil, juega un papel tan crucial en el mantenimiento de la misma.
Así que te emplazo a un nuevo artículo, en el que hablaré sobre el tratamiento de la disfunción eréctil y de los factores psicológicos asociados. Si quieres recibir esta información directamente en tu correo electrónico, puedes suscribirte a mi blog justo aquí debajo.
¡Hasta pronto!
2 Comments
Consumí mucha pornografía y me generó problemas sexuales estando en pareja
Hola Jonathan, no sé si será tu caso, pero sí me encuentro en terapia de pareja y terapia sexual, personas (especialmente hombres),que ante el consumo de pornografía han adquirido tal tolerancia a determinada estimulación sexual, que a la hora de tener sexo en su vida cotidiana, nada les resulta estimulante y es cuando se producen dificultades con el deseo sexual, la excitación (erección en el caso de los hombres y lubricación en el caso de las mujeres), e incluso con el orgasmo. Esto es lo mismo que ocurre con el consumo de ciertas sustancias, si nos acostumbramos a dosis altas, después las dosis pequeñas no tendrán ningún efecto en nosotros. ¡¡¡Gracias por tu comentario!!!