De hecho la pareja que elegimos en algún sentido guarda un parecido, en sus defectos y sus virtudes, pero sobre todo en sus defectos, con las personas que nos criaron. De forma que las necesidades que queremos satisfacer en nuestra relación de pareja, aquellas que no se cubrieron, se las planteamos a personas tristemente similares a aquellas que no las cumplieron cuando éramos niños.
El ejemplo más ilustrativo que se me ocurre en este momento, aunque extremo y doloroso, es el de mujeres maltratadas. Los que nos dedicamos a la Salud Mental comprobamos día tras día, que con frecuencia en la biografía de una mujer maltratada por su pareja, ha existido un progenitor que también ha maltratado y/o ha ejercido un papel abusivo en el seno de la familia.
Algunas preguntas para que reflexiones
E
n la medida en que podamos crear nuevos modos de relación despojados del condicionamiento de relaciones pasadas, podremos tener relaciones más reales y saludables en las que conectar de verdad con el otro y con nuestra verdadera esencia. De otra forma aparecen los fantasmas, miedos e inseguridades y patrones de relación que desarrollamos en su día con personas que ya no están.
Para esto el primer paso es tomar conciencia de nosotros mismos en nuestras relaciones, por eso para empezar me gustaría que te tomaras un momento para reflexionar acerca de:
• qué papel sueles adoptar en tus relaciones de pareja y si éste se mantiene a través de las diferentes relaciones.
• aunque aparentemente no tengan nada que ver las diferentes parejas que has tenido, ¿guardan algún elemento común?
• si encontraste un denominador común a la anterior pregunta, ¿de qué forma esa característica te complementa?
• ¿lo encontrado hasta el momento con estas reflexiones, guarda alguna relación con cómo te desempeñaste en la relación con tus progenitores o cuidadores en tu niñez, quizás cómo se desempeñaron ellos?
Reconozco que no son preguntas fáciles de contestar al tratarse de factores inconscientes que inundan nuestro mundo emocional y relacional, de ahí que muchas veces se hace necesario una terapia individual o de pareja para esclarecer todos estos aspectos que entorpecen el buen funcionamiento de la relación.
Resumiendo sobre emparejarse…
N
uestra historia personal de apego forma los cimientos sobre los que se construirán futuras relaciones, incluidas las relaciones de pareja. Unos cimientos sólidos y seguros facilitan tener relaciones saludables y sentirse seguro en ellas. De no ser así, es altamente probable que establezcamos relaciones con personas que no satisfarán nuestras necesidades.
Pero por favor que nadie se desaliente, no estamos marcados como un animal por nuestra historia. Desde mi visión como especialista en Terapia de Pareja sé que trabajar sobre nuestra historia, ya sea a través de nuevas relaciones o de un proceso de psicoterapia, permite reparar los cimientos que puedan estar dañados.
¿Te atreves a indagar?